miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Un militante es un hincha de un partido político?

A veces los miembros de un partido político tendemos a  parecernos más a hinchas de fútbol, que acuden a un campo de fútbol (lo ven por la tele o lo escuchan por la radio) con el único interés de que gane su equipo sin importar si lo ha hecho bien o mal, si ha sido un resultado justo o injusto.

Aun a riesgo de simplificar en exceso, un partido político no es más que una asociación de personas, los militantes, con ideales similares que perseguimos cambiar la realidad de acuerdo a nuestra ideología compartida.

Los militantes debemos ser activos, críticos y exigentes para tratar de conseguir ese fin compartido. Por esta razón debemos tener la responsabilidad y la posibilidad de decidir. Las primarias socialistas son un buen ejemplo del camino que hay que recorrer pero que apenas estamos empezando.


También, y para diferenciar claramente al forofo del militante, el primero justifica cualquier cosa si su equipo gana. Véanse los casos de corrupción del PP en tantos sitios seguidos de aplastantes victorias electorales. Un militante de un partido debe castigar esas acciones evitando dar su apoyo a los corruptos. Así los corruptos desaparecen en lugar de perpetuarse en el poder. Por ejemplo, estoy seguro de que si el PP de la Comunidad de Valencia tuviera miedo de que sus votantes ideológicos dejaran de votarle por esta razón, no admitiría en sus listas a ningún sospechoso de corrupción. No digo que en el PSOE no pase lo mismo, lo que si es cierto es que los votantes socialistas sí tendemos a ser menos permisivos con los líderes que creemos que nos traicionan.

De acuerdo con el enfoque que emana de la simplificada definición de un partido político que he escrito más arriba, el militante de un partido político se esfuerza y pone todos los medios a su alcance para conseguir que miembros de su partido lleguen al poder y, desde allí, poder poner en práctica esas ideas comunes a todos los miembros del partido. Es decir, se apoya a las ideas, no a las personas. A un hincha no le importan las ideas, solo le importa ganar (y que no gane el otro, a veces casi más importante).

Lamentablemente, a veces los dirigentes tienden a preferir perpetuarse y para ello no hay nada mejor que tener forofos en lugar de militantes. Desechando (e incluso castigando a aquellos que aportan) las ideas y la crítica y favoreciendo al militante-hincha sumiso al que no le importa si sus dirigentes lo hacen bien o mal, puesto que seguirá apoyándolos contra viento y marea.

Para ser justo, también recuerdo a muchos forofos de un equipo de fútbol criticar a los jugadores, al entrenador o a la directiva, a veces hasta con saña, y no pasa nada.  Dentro de los partidos políticos, en ocasiones tan solo el hecho de no hacer exactamente lo que te dicen desde la dirección puede conllevar pena de exilio, o continuando con el símil futbolístico, te mandan a la caseta y no te convocan para el siguiente partido. Ya lo dijo alguien, “el que se mueva no sale en la foto”.

Félix Santos (FS)



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